Casa nueva, llegada de 2 bebés, convertirme en madre de tres. Un rito de pasaje en la compañía de mi amada madre. Qué fortuna de tenerla cerca en este momento tan transformador.
38 semanas y 5 dias fue el día que tenía agendada la internación para comenzar la inducción. La cual podía llevar hasta 48 horas solo el proceso de inducción, sumado a las horas de trabajo de parto, que podrían llevar algunas horas más también. La verdad que los días previos me sentía muy triste y decepcionada, ya que por segunda vez me tocaba de despedirme de un sueño. El primero había sido un parto en casa, con Paloma viendo a sus hermanas nacer y ahora, mi deseo de entrar en trabajo de parto de forma espontánea y no necesitar de ningún tipo de intervención. Con eso aprendí de que pocas cosas están bajo nuestro control (talvez ninguna), y eso está bien así también. Esperé entrar en trabajo de parto espontáneamente, pero el protocolo del hospital nos indicaba que ese era el camino más seguro y preferí aceptar y confiar. Ya era maravilloso haber vivido una gestación de alto riesgo sin absolutamente ninguna complicación.
Lo bello del proceso es que despertamos con calma en nuestro nuevo hogar, fuimos a llevar a Paloma a la casa de sus abuelos. Nos dimos un gran abrazo y quedó tranquila en saber que iríamos a buscar a sus hermanitas. Llegamos al Hospital junto con mi compañero a las 13h, fuimos a almorzar juntos por última vez siendo familia de 3 y a las 14h fui atendida para comenzar el proceso. Pedí que me hicieran “descolamento de membranas” que es una forma mecánica, no química de inducir el parto. Enseguida continué con contracciones bastante espaciadas pero constantes.
Aprovechando el tiempo para escuchar música e intentar liberar un poco de oxitocina, ya más tranquila con la decisión de la inducción, entendiendo que era lo mejor para mi y mis pequeñas.
Es hora de pedir ayuda, llamo a mi Doula para venir a acompañarme, 23:40 sus manos cálidas llegan a masajear mi espalda que está comenzando a doler, comenzamos un viaje de intensidad donde cada contracción viene más y más fuerte.
Estaba aún en la sala de pre-parto y para Víctor entrar nuevamente tendría que estar en trabajo de parto activo. Faltaba aún. Pero decido mantenerme en movimiento. Entre contracción y contracción siento un alivio, cuando viene la contracción pienso “esta vez no seré capaz” y en cada pausa intento relajar y sentir que tengo un poquito más de energía para atravesar el portal por segunda vez.
Son aproximadamente 1:20 am y algo comienza a cambiar, las contracciones empiezan a venir muy intensamente, cada vez más. Le pido a mi Doula que llame a Víctor para que vuelva al hospital, que en caso de cualquier cosa él pueda entrar rápidamente a la sala de parto.
La médica sugiere contar las contracciones por 10 min para ver cuántas vienen y con qué intensidad. Comienzo a vomitar, me ofrece algo para aliviar las náuseas, pero digo no. Que prefiero continuar sin intervenir. Me pregunta respetuosamente si puede hacerme un examen de toque para ver cómo está avanzando. Se alegra de que solo haya necesitado un comprimido de los hasta 8 que podrían haber sido utilizados. Me realiza el examen. Estás con 6cm de dilatación nos vamos a la sala de parto.
Un corredor de 100 metros se volvió el camino más largo que ya recorrí en mucho tiempo. El silencio de una madrugada tranquila, un camino solitario, acompañado de mis vocalizaciones para sentir mi garganta abierta fluyendo junto a mi cérvix abriendo los caminos para las pequeñas nacer. Cada contracción que venía era más y más intensa. No estaba consiguiendo aguantar más el dolor. Estaba muy intenso. En el momento del dolor pensaba que no sería capaz de esta vez de tener un parto normal sin anestesia. En el intervalo de la contracción me mantenía con más energía y dispuesta a continuar…
1:40 llega Víctor, el enfermero de la sala de parto se presenta, discutimos juntos el plan de parto y continúan las contracciones. Víctor agarra firme mis manos mientras Luiza me ayuda a aliviar el dolor de la contracción masajeando mi espalda.
Comienzo a sentir deseos de evacuar pero aún falta, La médica, siempre muy respetuosa sugiere hacer otro examen de toque al cual accedo, 10cm estás completa, le comento que quiero ir a la ducha y dice que aún Julieta está alta que puedo ir tranquila. Comienza a caer el agua caliente en mi espalda. Parece que las cosas están avanzando, le repito a mi Doula que no voy a conseguir, ella me responde que ya lo estoy consiguiendo. Y seguimos. Me voy transformando en una especie de leona-loba-animal permitiéndome gritar cuando siento dolor, siento alivio al abrir mi garganta. Duele mucho, pero continúo. No sé de donde sale esa fuerza irracional para continuar el camino, y seguimos.
Ahora toma sentido todo lo que hice durante la gestación para prepararme para este momento, los kilómetros caminados, las clases de hidrogimnasia, yoga, pilates y natación. Fisioterapia Pélvica con la querida @mariana19_82. Las consultas de acupuntura con la maravillosa @vera_martau, las sesiones de terapia con una querida psicóloga perinatal @franciscayousef.psicologa, la compañía de mi madre, la familia de mi esposo, mis amigos a la distancia. Y ciertamente la compañía de mi compañero @vituretirante y Doula @mangara.doula
Viene un pensamiento a mí que es hora de acostarme para escuchar música y descansar. Volvemos a la sala de parto me acuesto y mi cuerpo empieza a hacer fuerza por si solo, ambas están aún en su bolsa amniotica, la médica dice “está naciendo” comienzo nuevamente a vomitar pero siento que me ayuda a expulsar a Julieta más fácilmente. Quería intentar una posición en cuclillas pero mi cuerpo no me permite moverme, me pongo de lado y Víctor agarra mi pierna en lo alto. Luiza me sostiene las manos y torso y comienza la fase final.
La bolsa rompe y a las 2:45 am nace Julieta. Es muy pequeña en comparación a Paloma, 47cm y 2,400kg. Vienedirectamente a mi pecho y todo el dolor se acaba, me siento totalmente en paz y armonía, benditas hormonas de nuestrocuerpo perfecto y maravilloso. Me quedo tranquila observando y conociendo ese cuerpo calentito y mojado. Comienzan a venir nuevamente las contracciones, Victor se queda con Julieta en el pecho mientras comienza la salida de Serena. 12 minutos después, 2:58 nace con su bolsa totalmente intacta. Tenemos una linda hora de oro. Ambas consiguentomar tetita en su primera hora de vida.
Fue un parto hermoso pienso, no comenzó como deseaba y me hubiese gustado, pero fue perfecto. 5 horas en total entre el primer comprimido y tenerlas en mis brazos.
Con 38 semanas y 6 días dentro de mi guatita, Julieta y Serena llegaron a este mundo el 5 de enero para transformar una vez más nuestras vidas. De 3 a 5 emprendemos una nueva trayectoria.